Índice de contenidos
Visitar la Alhambra de Granada es todo un privilegio para los sentidos. Su arquitectura e historia hacen de ella uno de los monumentos más visitados del mundo.
La Alhambra es uno de los lugares más espectaculares y evocadores del mundo. Por esta razón, visitar la Alhambra se vuelve casi una obligación. Dicen que el sultán que la fundó, Muhammad ibn Naṣr, de la dinastía nazarí, la llamó al-Ḥamrā («la roja») en honor a su barba rojiza. En su temporada de mayor esplendor, la Alhambra fue una verdadera urbe fortificada funcional e independiente respecto a Granada, la ciudad ubicada a sus pies. Cada rincón (jardines, templo, baños árabes) rebosa arte, belleza y cultura.
¿Te agrada el arte antiguo y descubrir lugares con historia? ¿Te gusta estar rodeado de naturaleza, oler el perfume de las flores y hacer fotografías? Si la respuesta es sí, prepara las maletas y vente a Granada para visitar la Alhambra. Si «porque es preciosa» no te convence, echa un ojo a otros 5 motivos por los cuales debes ir. Además, te decimos un hotel con entradas a la Alhambra para que no te quedes sin visitarla.
5 motivos para visitar la Alhambra
1. Visitar la Alhambra y conocer las historias que tiene por contar
¿Sabes quién dijo: «Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre»? No, no fue uno de los personajes de alguna saga de George R. R. Martin, sino la madre de Boabdil, el último sultán de Granada. Según cuentan, cuando el ejército de los Reyes Católicos llegó a Granada en mil cuatrocientos noventa y dos, el sultán escapó de la Alhambra y dejó la urbe en manos de sus enemigos. Mientras escapaba volvió la vista atrás y contemplar por última vez tan espléndido sitio le hizo conmoverse hasta las lágrimas. Su madre, enfurecida por la entrega y por el comportamiento de su hijo, pronunció esas «dulces» palabras para consolarlo. Boabdil no solo sería recordado como el último sultán de la dinastía nazarí, sino más bien también como un hombre poco afortunado en el terreno sentimental. Su mujer, Moraima, lo engañó con un caballero de la familia de los abencerrajes. Cuando Boabdil se enteró de la relación, no se tomó el asunto demasiado bien, claro. Con la escusa de dar un banquete invitó a aquel caballero y a otros 36 al palacio y los mandó decapitar en cuanto cruzaron el umbral. Luego rechazó a la sultana y la encerró en una estancia de la Alhambra. En la actualidad se conserva el tronco del ciprés que los 2 amantes ocultaron en su momento. Asimismo afirman que las manchas de óxido del fondo de la alberca y del canal de la Sala de los Abencerrajes son, en realidad, manchas de sangre de los caballeros asesinados.
Con toda esta historia, ¿cómo no vas a querer visitar la Alhambra?
2. El increíble arte andaluz
En la Alhambra no verás cuadros ni pinturas. Realmente, la propia Alhambra es una obra de arte de elementos arquitectónicos y colores que cubren cada centímetro de sus muros en una gruesa red de arabescos que fueron creados pieza a pieza usando pequeños moldes. Estos motivos decorativos tienen un significado muy concreto. Son creados siguiendo los principios de repetición y simetría en elementos individuales que representan la unidad de Dios y su presencia omnipotente. Todo un lujo para los sentidos poder visitar la Alhambra y deslumbrarse con su arte. Por ello, ¿por qué no alojarte en un hotel con entradas a la Alhambra?
3. Una fascinación literaria que atraviesa los límites de las lenguas y el paso del tiempo
Las estancias de la Alhambra no solo están empapadas de la fascinación literaria de las historias de Las mil y una noches, que en mil ochocientos veintinueve inspiró a Washington Irvin a escribir sus cuentos de la Alhambra. En los muros podrás ver grabados versos de poemas que hablan de la grandiosidad de Dios y de la belleza de Granada, escritos en una lengua vieja que solo unos pocos pueden descifrar. Para poder leerlos solo tienes que visitar la Alhambra y pararte a observar estos pequeños detalles.
Por otro lado, la Alhambra fue un organismo independiente en todos y cada uno de los sentidos y, por este motivo, sus habitantes charlaban y escribían en una lengua que combinaba elementos arábigos con otros de Al Ándalus. Los poemas grabados en el perímetro interior de la magnífica Sala de Las Hermanas, dice de este modo (traducido al de España): «Obra excelente, la fortuna quiere/ que a todo momento sobrepase. / ¡Cuanto recreo acá para los ojos!».
4. La belleza natural de los jardines del Generalife
La Alhambra no es solo sitio de arte, literatura y leyendas, sino también de una excepcional belleza natural. Se sitúa en una colina rodeada de frondosa vegetación y los jardines del Generalife son un espectáculo de flores, plantas y aromas. Visitar la Alhambra, especialmente algunas zonas de los jardines, son originales y se identifican por la presencia de orquídeas y naranjos, plantados en época de sultanes con un propósito principalmente práctico. Los árboles proveían a los habitantes de la ciudadela de fruta, además de servir como repelente de insectos. Algo asimismo típico de los jardines son los espejos rectangulares de agua calma, que difieren de las fuentes que pueden verse en la parte del jardín reformada últimamente. Los frondosos jardines del Generalife son la antesala del paraíso que describe el Corán, con sus rosales y mirtos, con sus plantas trepadoras y sus hermosas glicinias.
5. Las espléndidas vistas de Granada en su esplendor
Como fortaleza que era, la Alhambra se edificó en una ubicación privilegiada en la parte más alta de la urbe, con la alcazaba en el punto más alto del recinto. Desde la Alhambra puedes contemplar Granada a tus pies, el barrio del Albaicín, las cuevas del Sacromonte y los picos neviscados de Sierra Nevada. Por estos motivos, visitar la Alhambra de Granada te permite ver todo un espectáculo de paisajes, tanto de ciudad como de montaña.
Si con todo lo que hemos explicado quieres venir a Granada, alójate en nuestro hotel con entradas a la Alhambra.
También te puede interesar:
Hotel con encanto Granada
Terraza Granada
Hotel entradas Alhambra
Hotel en Granada